Promesas electorales: ¿Compromisos plausibles o cartas a los reyes magos?

En nuestro primer post prometimos mostraros los datos del incumplimiento de los programas electorales de los partidos políticos que conquistaron el poder autonómico entre las elecciones de 2009 y de principios de 2012 (las elecciones de Galicia y País Vasco corresponden a 2009 y las de Andalucía y Asturias a 2012; Castilla-La Mancha no se pudo analizar porque tanto PP como PSOE nos dijeron no haber escrito un programa electoral…). Puesto que nos gusta cumplir las promesas que hacemos, ahí van los datos.

Nos vamos a detener en la relevancia que dieron los dos principales partidos a uno de los temas que dominaron la campaña electoral de todas las elecciones autonómicas pasadas, particularmente a partir de 2010: las políticas de recorte del Estado del Bienestar en el período de la Gran Recesión. La educación y la atención sanitaria son las políticas públicas que concentran mayor proporción de gasto dentro de la gestión de todos los gobiernos autonómicos. La suma del gasto en educación y sanidad sobrepasa generalmente el 50% del presupuesto. Los ciudadanos lo saben. Según demuestran numerosas encuestas, la mayoría de ellos es consciente de que la responsabilidad política de los servicios que reciben en la esfera sanitaria y educativa recae en el ámbito de los gobiernos autonómicos. Por eso es relevante saber qué propuestas presentaron en esta área el PSOE y el PP en las elecciones autonómicas transcurridas entre 2009 y principios de 2012.

Los datos derivados del análisis de contenido de los programas electorales autonómicos muestran que las políticas de recorte del gasto en educación y sanidad públicas que se han venido aplicando por parte de los gobiernos autonómicos no aparecían en ninguno de los programas con los que PP y PSOE se presentaron ante los electores. Cuando en los programas se hablaba de recortar o de controlar el déficit se hacía en términos generales (por ejemplo, proponiendo medidas de ahorro en la administración y el gobierno o criticando el nivel de endeudamiento en las cuentas públicas), sin relacionarlo con ninguna política social concreta, y se hablaba en general mucho menos de austeridad que del Estado del Bienestar, si bien hay que decir que el PP dedicó, en promedio, casi el doble de espacio que el PSOE a la austeridad(8,2% de frases del total del programa frente a 4,5%).

El gráfico 1 muestra la relevancia que dieron los partidos que ahora están en el gobierno autonómico a las políticas del Estado del Bienestar y a las políticas de austeridad y eficiencia en cada región. Tan sólo un programa electoral, el del PP de Baleares, resaltó la necesidad de ahorrar o mostrar unas cuentas públicas saneadas por encima de las medidas de mejora o expansión del Estado del Bienestar. En todos los demás casos, la austeridad quedó muy por detrás del espacio dedicado a las políticas sociales en los programas con los que los partidos accedieron al poder autonómico.

Gráfico 1: La expansión del Estado del Bienestar y la austeridad en los programas electorales de los partidos en el gobierno autonómico (2009-2012).

 

En el Gráfico 1 se ve como los programas autonómicos del PSOE, con los que llegó al gobierno autonómico en Asturias, Andalucía y Euskadi dedicaban aproximadamente tres veces más espacio al Estado del Bienestar que a la austeridad. También son las tres comunidades que más se han resistido a aplicar los recortes en educación y sanidad, llegando a recurrir al Tribunal Constitucional su aplicación. A pesar de las resistencias, las tres comunidades han tenido que aplicar otros recortes sociales que no figuraban en su programa electoral, como las restricciones al acceso a la renta de garantía de ingresos (RGI) aprobadas el último mes por el Gobierno del PSE en Euskadi.

Respecto del PP, destaca particularmente el programa autonómico de Madrid, que da cuatro veces más espacio a las políticas de bienestar que a la austeridad. No es esto, sin embargo, lo que ha sucedido en Madrid de la mano del gobierno autonómico popular. Parece que, en este caso, el programa electoral trataba de camuflar una agenda de austeridad entre una abundancia de referencias al Estado del Bienestar. En general, en cualquier caso, el PP escribió unos programas mucho menos austeros que la política que ha puesto después en marcha, con la excepción mencionada anteriormente de Baleares.

¿Creían los partidos en lo que estaban proponiendo en el año 2011? ¿Eran sus programas compromisos de gobierno o, más bien y en el mejor de los casos, la mera expresión de deseos sin atenerse a la plausibilidad de su cumplimiento?