Lecturas: lunes 30 de marzo (5ª semana de Cuaresma)
Las doce del mediodía es la hora fijada por el Gobierno para dar los datos de la evolución de los efectos dela pandemia. Nos hemos hecho expertos en mirar la curva de la evolución de casos infectados, dados de alta y personas fallecidas. Son números que representan la vida (o la muerte) de personas concretas y que por la ley de los grandes números las abstraemos de su realidad vital, las dejamos sin contexto en un gran ejercicio matemático.
Hoy las lecturas van de lo contrario, de salvar a dos personas, concretamente a dos mujeres, que siguiendo la tradición de su tiempo hubieran sido ejecutadas por el sistema. En tiempos de urgencia, de necesidad, a veces la razón del sistema parece que nos empuja a dejar de mirar a las personas concretas y hacer que el sistema «funcione» confiando en un bien mayor. Es cuando podemos caer en la tentación de deshumanizar el «sistema» para que este funcione.
Frente al «sistema» por fortuna tenemos personas, personal sanitario, vecinos, ciudadanos que ponen rostro y calor humano en las relaciones. Son aquellos que intentan comunicar esperanza, son los que abrazan y agarran de la mano al que está en el trance hospitalario, son los que animan, son los que con su trabajo cuidan, protegen, sostienen y curan. Todas ellas en algún modo se unen al final del texto de la primera lectura cuando se dice que aquel día se salvó una vida. Muchas gracias a todas estas personas.
Un día para pensar en lo concreto, en el rostro detrás del número. Me sugiere hacer por el otro y rezar por el sistema, ambas cosas desde el bien mayor que nos anima.