Lecturas 4 de mayo, Lunes 4ª semana de Pascua
Este tiempo de pandemia, entre otras cosas nos ha agudizado algo que ya pasaba antes, y no es otra cosa que la crisis de la credibilidad. En un contexto de infotoxicación (exceso de información que intoxica) surge la necesidad de preguntarnos por quién nos fiamos para seguirle.
Tomás, al dudar del resucitado y hasta verlo y tocarlo no se fió. En la vida somos mucho de Tomás, y nos surge un espontáneo escepticismo ante algunas cosas. Por otro lado también nos surge el miedo a los lobos y bandidos que están fuera de nuestra zona de confort, y hacen que nuestra burbuja sea cada vez más confortable y a la vez más pequeña,al no querer salir de ella.
Pero los que conocen la voz de Jesús que habla de Reino de Dios, que habla de bienaventuranzas, que habla de libertad, han podido entender que es una voz fiable, que tiene palabras que nos llevan a una vida más auténtica y plena. El asunto, por tanto es quitarnos el miedo, y discernir entre las muchas voces, aquellas que nos llevan a una vida más auténtica, en medio de tanto ruido.
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