Lecturas 26 de septiembre. Sábado XXV tiempo ordinario
Hay lenguajes o jergas que no entendemos, cuando el médico, el técnico, el mecánico del coche empiezan a hablar en su jerga sobre la salud nuestra o de alguno de nuestros objetos a veces parece que nos hablan en valirio.
Hoy el Evangelio nos muestra el fracaso de Jesús a la hora de compartir la lógica de su misión, que es la de entregarse de tal modo que se convierta en el fracaso de la cruz. Y eso es difícil de entender, no por el dialecto que hablara, sino porque a los discípulo ellos entonces y nosotros ahora, nos cuesta entender la lógica que eso entraña.
Ante Dios siempre hay como un espacio de misterio previo. Podemos sentir su amor su cercanía, pero cuando eso se desarrolla y apunta a exigencias personales de vida es cuando hacemos click. Dios nos habla el lenguaje del amor en todo momento, para todo y en todo. Eso igual lo entendemos, pero nos cuesta vivirla.