Lecturas 3 de septiembre. Viernes XXII semana tiempo ordinario
En la vida necesitamos de la fiesta para celebrarla y las bodas son una imagen de ello. Los novios preparan con mucho cariño e invitan a la gente a celebrarlo con ellos, y estar con los novios es un modo de estar en una fiesta de la vida.
El Evangelio nos recuerda que la mera presencia de Jesús es motivo de fiesta. Por desgracia el Evangelio se ha anunciado más como aguafiestas que como fiesta y nos recuerda que a veces tenemos algo abandonada esta dimensión celebrativa.
Seguramente hoy no tendremos ninguna boda, pero hoy podemos intentar celebrar el mismo día de hoy. Podemos hacerlo sin grandes fastos, pero es una ocasión estupenda para agradecer y compartir con nuestros cercanos. Hoy es viernes y el cuerpo lo sabe.