10 de julio. Domingo XV tiempo ordinario
En este mundo en que a veces no sabemos ni quiénes somos nosotros mismo, nos cuesta saber quién es nuestro prójimo. Pero resulta que igual el problema no está en saber sino en querer en medio de una sociedad cada vez más desigual.
Jesús explicó lo obvio: la persona que me encuentro con problemas y no tiene ayuda porque otros lo han rechazado, es mi prójimo. Es una opción radical, pero surge de la idea de que todos y todas somos hermanos y tenemos que cuidarnos mutuamente.
Aprendemos de otros y hoy podríamos aprender de y reconocer y agradecer a quien han hecho de buenos samaritanos con nosotros. Son aquellos que han vencido sus comodidades, que se han dejado complicar por la necesidad del otro, son los que dejan la agenda por mí. A todos ellos mila esker. Feliz Domingo