27 de abril, Jueves III de Pascua
Se dice que una imagen vale más que mil palabras, pero las palabras siguen valiendo. Nuestra capacidad de escucha se está reduciendo a niveles preocupantes. Nos cuesta mucho escuchar a otros, a nosotros mismos y aún más a Dios, sobre todo en medio del ruido de cada día.
El Evangelio de hoy nos habla del pan vivo que es Jesús mismo. Es un modo de hablar de cómo la historia de Dios con Israel tiene que ver con la razón de ser y de hacer de Jesús mismo. Es la invitación a reconocer al Padre en la vida del Hijo.
Cierra un momento los ojos, de lo que oyes ¿Qué escuchas? Deja que la centrifugadora de ideas y de imágenes y trata de acoger aquello que te viene por el oído. Empezarás a distinguir sonidos, empezarás a dar valor a las Palabras y tal vez ahí, empieces a escuchar. Feliz jueves.
Veo que no le doy ocasión a la escucha personal… Llego a casa y enciendo la radio y la TV… La idea tonta de que si no oigo a otros me voy a sentir sola…
Cuanto tengo que aprender… En ello estoy… Tengo que escuchar más, sin la excusa de la soledad…
Me viene al pelo tu comentario hoy. Estoy en ello, tratas de «EscucharLe» En realidad, no oigo o escucho nada. Relleno mi humilde oracion de una cosa y otra… paro unos minutos y me envuelve la » centrifugadora» de ideas etc. Gracias por las pistas, a ver si ayudan!