25 de junio, Domingo XII del tiempo ordinario
En estos tiempos cambiantes me llama la atención como hay jóvenes que cuando están con otros les da miedo, pudor, vergüenza,… decir que son cristianos. Parece que hay algunos lugares comunes que a modo de tribunal de la inquisisicón de lo políticamente correcto reprueban a quienes deseen vivir según su fe.
Jesús dice hasta tres veces que no tengamos miedo. En el tiempo en que se escribe el Evangelio, ser cristiano era jugarse la vida en medio de distintas persecuciones. Había una necesidad comunitaria de exorcizar el miedo que nos detiene a todos.
Los miedos por un lado nos salvan de los peligros, pero también a veces nos sacan de la propia vida para vivir vidas ajenas a nosotros mismos. Se trata de descubrir a qué miedos debemos hacer frente para vencerlos y vivir la vida de manera más plena. Feliz domingo.