11 de septiembre, Lunes XXIII, tiempo ordinario
Vivimos un mundo en que lo subjetivo ocupa un papel exagerado. Creemos que nuestras opiniones, nuestras miradas, nuestro modos de pensar valen en la medida en que sean nuestros. Se nos olvida que están los demás y su realidad. En general se nos olvidan los efectos de nuestra mirada porque nos hacemos ciegos a ellos.
Jesús trata de poner cordura en el sinsentido de la exageración de la norma del sábado. No podemos dejar de lado a los vulnerables por el prurito de cumplir una norma, un reglamento o un quedar bien. El criterio es la vida, la vida propia y la de los demás.
Hoy podríamos hacer ejercicios de agudeza visual. Tratar de quitar nuestras cóleras, nuestros pensamientos y ajustar nuestra mirada al encuentro de la ralidad del otro con nosotros. Feliz lunes.