27 de noviembre, Lunes XXXIV tiempo ordinario
Cuano uno va en el transporte público, ya sea el metro, avión, bus, tren se encuentra con la mirada baja de los dmás viajeros. Solemos mirar a la pequeña gran ventana que es una pantalla controlada por otros y vemos lo que otros quieren que veamos. Entre tanto nos aislamos de los demás.
Jesús ve cosas que parece que nadie ve. Alza la mirada para encontrarse con la viuda que da todo lo que tiene frente a los que dan las sobras. El Evangelio requiere alzar la mirada para encontrarse con la vida que transcurre a nuestro alrededor y ver el rastro de Dios.
Hacer el esfuerzo de alzar los ojos tiene el riesgo de encontrarte con otros que también miran. Es mirada es la que nos relaciona con los demás y la que nos ayuda a ver la realidad con má amplitud. Es reconocer que otros también nos han mirado y cuidan de nosotros. Feliz lunes.