20 de febrero , Martes I de Cuaresma
Esto de rezar es una práctica ancestral en la historia del homo sapiens. Desde siempre hemos necesitado hacer algo que nos conecte y nos haga presente a lo trascendente de nuestra vida. Y por tanto en la diversidad humana también encontramos diversidad de prácticas espirituales.
Jesús enseña a los discípulos a rezar el Padre Nuestro. Es una oración que se hace comunidad, que se hace familia en la vida de cada día y que nos invita a la constante reconciliación entre hermanos. Es una oración que une lo horizontal y con lo vertical que es tan propio del Dios de Jesús.
En el jaleo de un día como hoy podríamos encotnrar un tiempecito para rezar, aunque sea el padre nuestro. Es una ocasión en la que nos hacemos presentes ante el Dios que sale al encuentro de nuestra vida en este camino de cuaresma. Feliz martes.