22 de marzo. Viernes V de Cuaresma
Son tiempos confusos donde en el ajetreo, la prisa y los intereses se mezcla todo. Se mezcla hasta lo que es divino y humano, donde divinizamos lo que no es, como el caso del dinero y humanizamos lo que es Dios.
El Evangelio nos presenta un diálogo donde destaca la importancia de las obras como testimonio de la verdad. Jesús apela a sus milagros y enseñanzas, que evidencian la presencia y acción de Dios en el mundo, como base para la creencia en su misión e identidad.
Hoy podríamos fijarnos sobre cómo nuestras acciones pueden ser una poderosa manifestación de las creencias y la presencia divina en nuestras vidas. ¿En qué medida Dios se hace presente en nuestro día a día? Feliz viernes de dolores.