18 de mayo. Sábado VII semana de Pascua
La vida en sociedad a veces tenemos miradas uniformadoras. La realidad se tiene que adaptar a nuestra experiencia y no al revés. El asunto es que con ello de una manera u otro queremos que los demás funcionen según nosotros y en muchas ocasiones hacemos daño.
Pedro , el que un porquito antes es reconocido por Jesús, empieza a mirar al lado y pregunta por otro discípulo. Jesús le responde con y a ti qué. El Evangelio es un camino en el que se admite mucha diversidad y sólo tenemos que mirar el pequeño grupo de lso Doce, pero si ampliáramos el foco de la Iglesia encontraríamos los modos en que Jesús se relaciona con cada persona.
En el juego social la crítica y el cotilleo hacen mucho daño, tal es así que el Papa critica la dinámica del chisme para la Iglesia. Hoy podríamos hacer un ejercicio de hablar bien de los otros, de quienes actúan de modo diferente porque Dios también actía diferente con ellos. Feliz sábado.