4 de agosto . Domingo de la XVIII semana del tiempo ordinario
El ser humano es un ser que siempre ha estado en búsqueda, desde la curiosidad, desde la necesidad o desde la casualidad. Estamos dotados de un enorme motor de búsqueda, pero también a veces buscamos cosas que no merecen la pena.
La multitud que busca a Jesús no lo hace por una búsqueda espiritual profunda, sino por el pan que los sació milagrosamente. Jesús, con su sabiduría, les recuerda que el otro alimento merece mucho más la pena que el pan común.
Ignacio de Loiola fue un hombre de búsqueda cosntante, tratando de descubrir a Dios en todas las cosas. Me pregunto cómo son nuestras búsquedas en una socieda conformista y a veces algo acomodada. Feliz domingo.