22 de septiembre. Domingo de la XXV semana del tiempo ordinario
Si miraramos la realidad de los niños y niñas en el mundo constataríamo con más claridad la desigualdad en la que vivimos. A su vez, mirar a neustros pequeños nos tendría que hacer preguntar por el mundo que les estamos dejando.
En el contexto de la cultura de la época del texto, los niños eran vistos como los más pequeños, los más insignificantes, carentes de estatus social o poder. Sin embargo, Jesús pone al niño en el centro de su vida a los más vulnerables.
Podríamos mirar a los más pequeños que tenemos cerca. Podríamos pensar qué estamos haciendo para que este mundo que compartimos sea un mundo, una tierra mejor para el futuro que les tocará habitar. Feliz domingo.