4 de noviembre. Lunes de la XXXI semana del tiempo ordinario
Nuestras mesas cotidianas son mesas que se comparten con los habituales. Salvo algún momento especial solemos hacer lo de siempre y el espacio de la mesa se convierte en un lugar donde se mantienen las dinámicas sociales.
Jesús revoluciona la mirada de sus interlocutores. Jesús propone hacer una revolución en las mesas, donde se represente el Reino. Un cambio que supone abrir nuestras mesas y nuestras vidas a aquellos que se excluyen: pobres, lisiados, cojos y ciegos.
¿En qué medida estamos dispuestos a cambiar la composición de nuestras mesas y corazones? ¿En qué medida estamos dispuestas a arriesgar algo de nuestra cotidianidad por otros para que esta soceidad vaya cambiando y se haga más inclusiva? Feliz lunes.