18 de noviembre. Lunes de la XXXIII semana del tiempo ordinario
En nuestra sociedad en la que la tecnología y el progreso parecen haberlo resuelto todo, seguimos encontrando personas en los márgenes. Sus voces suelen ser silenciadas o ignoradas por la multitud que pasa apresurada y nos muestra la indiferencia moderna nos hace sordos ante el clamor de los vulnerables.
El ciego no se dejó intimidar por quienes querían silenciarlo. Su voz llegó hasta Jesús, quien no solo le devolvió la vista física, sino que tras su enceuntro se puso en camino saliendo del margen.
Hoy podríamos agudizar el oído, librarnos de la sordera de la indiferencia y escuchar los gritos de auxilio que resuenan alrededor. Se trata de acallar los ruidos que nos distraen de tantas coss importantes. Feliz lunes.