25 de noviembre. Lunes de la XXXIV semana del tiempo ordinario
Vivimos en un mundo donde la generosidad a menudo se mide en cifras grandes y gestos llamativos. Sin embargo, las redes sociales y la imagen pública a veces esconden un vacío en el corazón de esos gestos, cuando se dan desde lo que sobra y no desde lo que realmente cuesta.
El Evangelio de hoy nos recuerda que el valor de una ofrenda no está en su cantidad, sino en el corazón con el que se da. La viuda pobre no tenía mucho, pero dio todo. Su gesto nos interpela a ir más allá de lo superficial y a reflexionar si nuestro dar, en tiempo o recursos, nace desde lo esencial o desde lo sobrante.
Hoy podríamos dar una vuelta a lo que hoy estamos dando. ¿Damos de lo que nos sobra o damos algo esencial e importante para nosotros? Se trata de vivir desde lo esencial en lugar de lo periférico. Feliz lunes.