Intocables

11 de enero, Sábado . Feria del tiempo de Navidad

En un mundo donde la distancia y el aislamiento son realidades comunes, el contacto humano se vuelve un acto de valor. Las heridas visibles e invisibles de muchas personas piden una cercanía que no juzgue, sino que incluya y sane. ¿Cuántos leprosos modernos, marcados por la exclusión, esperan ser tocados con dignidad y amor?

Jesús, frente al clamor de un hombre herido, no se detiene en normas ni prejuicios, sino que toca y sana. Su gesto no solo limpia el cuerpo, sino que restaura la vida, recordándonos que el amor es acción concreta, capaz de devolver esperanza y humanidad.

Hoy se nos invita a tender la mano al que más lo necesita, sin miedo ni excusas. Sería bueno pensar a quién podríamos acercarnos hoy con un gesto de cuidado. Quizá ese pequeño paso sea el inicio de una gran transformación, tanto en la vida de otro como en la nuestra. Feliz sábado.

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