12 de enero, Domingo. Bautismo del Señor
En un mundo que a menudo nos define por lo que hacemos, lo que tenemos o lo que otros esperan de nosotros, surge la necesidad de conectar con lo más profundo de nuestra identidad. ¿Quiénes somos realmente? Esta pregunta resuena en un contexto de gran incertidumbre y de búsqueda personal.
El Evangelio nos revela una verdad esencial: somos hijos amados de Dios. En el bautismo de Jesús, el Padre proclama su identidad, y en él, también proclama la nuestra. No se trata de lo que logramos, sino de quienes somos: amados incondicionalmente por Dios, llamados a vivir su Reino.
Hoy la invitación es que las generaciones más veteranas dijéramos eso de «Tú eres mi hijo amado». Se trata de dar ese reconocimiento a las futuras generaciones donde se cocina el futuro, se trata de esperanzar el fututo de tantos jóvenes. Feliz domingo.