16 de enero, Jueves de la I semana del tiempo ordinario
Vivimos en una sociedad donde muchas personas se enfrentan a formas modernas de “lepra”: exclusión, soledad y rechazo. En ocasiones, parece más fácil evitar mirar a quienes sufren que acercarnos y tenderles una mano.
El Evangelio nos muestra a un Jesús que no solo escucha, sino que actúa con compasión. Él no teme tocar aquello que otros rechazan, sanando no solo el cuerpo, sino también la dignidad. En su gesto, estamos llamados a ser agentes de sanación en un mundo que clama por esperanza y cercanía.
¿A quién podemos “tocar” con nuestra presencia, tiempo o palabra? Se trata de ver que podemos extender nuestra humanidad y compartirla con otros simplemente acercándonos a la inhumanidad que puedan vivir otros. Feliz jueves.