8 de febrero, Sábado de la IV semana del tiempo ordinario
Vivimos en un mundo acelerado, donde las agendas llenas y la inmediatez nos dejan sin tiempo para el descanso. Muchas veces, corremos de un lado a otro, agotados, sin siquiera encontrar un momento para nosotros mismos. En medio de esta vorágine, ¿qué espacio damos al silencio y al encuentro con lo esencial?
Jesús invita a sus discípulos a retirarse para descansar, pero su corazón no es indiferente a quienes le buscan. Su compasión le lleva a detenerse y atender a la multitud. El descanso es necesario, pero nunca desconectado del amor y la entrega a los demás. En Jesús, encontramos un equilibrio entre acción y contemplación.
¿Qué espacios dejamos para el descanso que renueva? ¿Cómo encontramos momentos para detenerte y escuchar lo que la vida nos dice? Hoy, sábado podríamos parar un rato dejando a un lado las prisas y descubrir por dónde nos habla nuestra vida. Feliz sábado.
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