28 de febrero, Viernes de la VII semana del tiempo ordinario
Vivimos tiempos en los que las relaciones parecen estar marcadas por la inmediatez y la fragilidad. El compromiso a largo plazo se enfrenta a la cultura del descarte, donde lo que no funciona se sustituye con rapidez. En medio de esta realidad, las preguntas sobre el amor verdadero, la fidelidad y la entrega siguen siendo fundamentales.
Jesús nos invita a mirar más allá de las normas y conveniencias, y a descubrir el plan original de Dios: el amor como unidad y entrega. No se trata solo de leyes o permisos, sino de corazones que se donan mutuamente en plenitud. La dureza del corazón es lo que destruye, pero la gracia de Dios hace posible la fidelidad y la comunión verdadera.
Todos estamos llamados a vivir el amor en plenitud. Eso de amar puede tener distintos caminos, pero apunta a construir relaciones sólidas y comprometidas. Vivir de esta manera puede tener mucho de testimonio en nuestro mundo. Feliz viernes.
