30 de julio, miércoles XVII del tiempo ordinario.
Vivimos rodeados de ofertas, notificaciones y reclamos que nos invitan a probar sin comprometernos. En medio de tantas opciones, cuesta decidir qué merece verdaderamente entregarnos del todo, sin reservas.
El Evangelio nos habla de personas que, al descubrir algo verdaderamente valioso, se juegan todo por ello. No lo hacen por obligación, sino por la alegría de haber encontrado lo que da sentido a todo lo demás.
Quizá hoy sea un buen día para preguntarnos qué merece nuestro “todo”. Descubramos aquello por lo que valga la pena invertir tiempo, energías y corazón, y dejémonos transformar por su fuerza.
