7 de noviembre, viernes de la XXXI semana del tiempo ordinario.
Vivimos tiempos en los que la información circula con una velocidad vertiginosa y donde distinguir lo verdadero de lo falso requiere una atención constante. Las decisiones se toman entre múltiples estímulos, intereses y presiones que compiten por captar nuestra mirada. En medio de esta complejidad, no podemos ser ingenuos.
Jesús elogia la astucia del administrador que, aun actuando con límites éticos dudosos, sabe leer la realidad y anticiparse. Su acción no se propone como modelo moral, sino como una llamada a la lucidez. La fe, la vida y las convicciones necesitan inteligencia práctica para encontrar caminos posibles en contextos inciertos.
Hoy se nos invita a cultivar una sabiduría que una la claridad de mente con la limpieza del corazón. Que nuestra astucia no se reduzca al cálculo, sino que sea una forma de cuidar lo que verdaderamente importa. Feliz viernes.
