26 de enero, Domingo de la III semana del tiempo ordinario
Lucas, al igual que muchos comunicadores actuales, se preocupó por investigar y verificar sus fuentes antes de compartir su mensaje. Así vemos cómo asumió la responsabilidad que contrasta en nuestra época de noticias falsas.
Jesús, al leer el pasaje de Isaías en la sinagoga de Nazaret, no solo proclamaba un mensaje de esperanza, sino que nos llama a la acción. Su misión era liberar a los oprimidos, sanar a los enfermos y anunciar buenas nuevas a los pobres sigue vigente en nuestras sociedades.
El desafío que nos presenta este texto no es solo leerlo, sino vivirlo en nuestro día a día, siendo agentes de cambio en nuestras comunidades y llevando esperanza a quienes más lo necesitan. Se trata de tomarnos en serio lo que se nos regala. Feliz domingo.