10 de marzo, Lunes I semana de Cuaresma
Vivimos en un tiempo en el que la indiferencia se ha convertido en un muro que nos separa. Cada día, miles de personas pasan hambre, sufren soledad o buscan refugio, mientras el mundo sigue su curso sin detenerse. Nos acostumbramos a ver el dolor ajeno como una realidad lejana, como si no nos afectara.
Sin embargo, Jesús nos recuerda que el amor verdadero se expresa en gestos concretos. No se trata de grandes hazañas, sino de reconocer a Dios en el rostro del que sufre. Servir al necesitado no es solo una obra de caridad, sino el camino hacia la vida plena que Él nos promete.
Hoy se nos invita a despertar de nuestra indiferencia y podríamos preguntarnos dónde está realmente nuestro corazón. El mundo y las víctimas del mismo necesitan un cambio que puede empezar en nuestro corazón hoy mismo. Feliz lunes.
