Lecturas 16 de marzo . Martes IV de Cuaresma
Todos tenemos heridas y alguna parálisis en nuestras vidas, que hemos tenido o tenemos que sanar y después ponernos a caminar. Y cuando estamos en la «camilla» sabemos que alguien nos cuida, nos cura y nos ayuda. Hoy es un homenaje a todas esas personas que curan (significa cuidar) de otras.
En el Evangelio el paralítico es un desahuciado social y sanitario, no se podía hacer nada por él, salvo el encuentro con Jesús. Su curación es inesperada a la par que trasgresora de la normativa del sábado; pero lo que el Evangelista pone de relieve es que la acción de Jesús transforma, cambia la vida.
Frente a una cultura del dominio y de la explotación, cada vez hay más voces que nos invitan a vivir en una cultura del cuidado. Una cultura que cuide de las personas, de la casa común e incluso de uno mismo. Es una pista a ir curando las distintas heridas del mundo en vez de agravarlas, y es una pista de conversión personal y colectiva. Entre tanto, mila esker a todas y todos los que cuidan, por todo el bien que nos hacéis. Feliz martes.
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