18 de septiembre, jueves de la XXIV semana del tiempo ordinario.
Hoy el mundo mira con dolor a Gaza, barrios arrasados, familias destrozadas, madres que entierran a sus hijos. Ante esa herida inmensa, lo más lógico parece ser el odio y la venganza. Pero incluso allí surge la pregunta radical: ¿cómo perdonar lo imperdonable?
El Evangelio nos presenta a una mujer señalada como pecadora que se acerca con lágrimas y perfume a los pies de Jesús. Allí, donde todos ven una vida rota, Él responde con perdón y ternura: “sus muchos pecados han quedado perdonados, porque ha amado mucho”. Es un gesto que rompe los límites de la justicia calculada.
Soñemos juntos y con muchos otros con un mundo donde la espiral de violencia no tenga la última palabra. Que sepamos acompañar a las víctimas con compasión y abrir horizontes de reconciliación aun en medio de la injusticia. Caminemos juntos hacia la posibilidad de un futuro donde la paz no sea imposible. Feliz jueves.
