La consejera de Justicia y Administración Pública del Gobierno vasco, Idoia Mendia, presentó el pasado 23 de Febrero en la presentación del libro «Pluralidades latentes. Minorías religiosas en el País Vasco«, en el que han participado, entre otros, dos profesores de la Facultad de Teología de la UD: Luzio Agirre y Lidia Rodríguez. La obra muestra la diversidad religiosa de una Euskadi que cuenta, según los investigadores que han publicado el libro, con 214 comunidades y centros de culto de distintas religiones.
El director del instituto de Derechos Humanos Pedro Arrupe, Eduardo Ruiz, presente también en el acto, ha afirmado que la obra se ha realizado con una «vocación descriptiva», que muestra la diversidad religiosa, a través de «más de 140 entrevistas en profundidad«, que han permitido identificar estos 214 centros de culto.
El estudio pone de manifiesto la existencia de todas estas comunidades, siendo las más abundantes las que profesan el cristianismo reformado y evangélico, y aquellas representantes de la Iglesia de los Testigos Cristianos de Jehová. Asimismo, existen también en Euskadi comunidades musulmanas, budistas, y de la Iglesia de la Cienciología. Euskadi, una sociedad plural en lo religioso
Durante su discurso, Mendia manifestó que la pluralidad de religiones y creencias en Euskadi, es una «realidad con la que convivimos desde hace tiempo en nuestra comunidad y de la que aprendemos día a día»
Según indicó, las expresiones religiosas y espirituales también demandan la atención de las Administraciones Públicas, aunque esa aproximación ha sido polémica en más de una ocasión, como indican «cuestiones como la enseñanza de la religión en las escuelas públicas, la introducción de materias nuevas como la Educación para la Ciudadanía, siempre sin olvidar la disponibilidad de determinados productos alimenticios en los comedores escolares…»
Por ello, desde el Gobierno vasco se ha decidido «atender también al aspecto social de las religiones, con sumo respeto a la pluralidad de confesiones, y también a quienes no creen o simplemente son indiferentes, porque somos conscientes de que estamos ante una de las partes más sensibles de los Derechos Humanos«.
Mendia señaló que, tal y como se recoge en las conclusiones del libro, «la vasca es una sociedad plural en lo religioso y dicha pluralidad, en ocasiones, puede producir en ocasiones rechazo o temor«, unas «carencias que pretendemos eliminar, o al menos paliar«, aseguró.
Por su parte, el director del Centro Social, Ignacio Ellacuria, ha afirmado que la «diversidad religiosa es una experiencia positiva que nos enriquece» y que «gestionar de manera positiva la libertad religiosa nos convierte en ciudadanos del siglo XXI«.