13 de diciembre, sábado II de Adviento.Santa Lucía
Vivimos rodeados de señales que no siempre sabemos interpretar. Las transformaciones más profundas a menudo pasan desapercibidas mientras esperamos acontecimientos espectaculares que nunca llegan. Preferimos las promesas espectaculares del mañana antes que reconocer los pequeños gestos revolucionarios del presente.
Los discípulos preguntan por un futuro glorioso, pero Jesús les revela una verdad incómoda. La renovación esperada ya había acontecido en Juan el Bautista, aunque nadie lo reconoció como tal.
Podemos aprender a mirar con otros ojos la realidad que nos rodea. Quizás descubramos que lo extraordinario se manifiesta en lo cotidiano, en gestos sencillos que transforman sin hacer ruido. Feliz sábado.
