Vivimos tiempos de mercantilización y en nuestra sociedad se ha vendido y se vende casi todo. La cosa es así que los sujetos mismos se ponen en venta monetizando aspectos de su vida publico/privada expuestas en redes sociales.
Que Jesús fuera entregado por 30 monedas no nos extraña. Ocurre igual que el hijo de Jacob, José que fue vendido por sus hermanos. El Hijo de Dios también tiene que llegar a ser vendido como mercancia para llegar a toda la humanidad que sufre.
El mejor medio para combatir la mercantilización es la gratuidad. La economía de Dios es la economía de la gracia, de lo gratuito, y puede ser una pista para nosotros. ¿Qué puedo hacer hoy gratuitamente por los demás? Feliz miércoles.