22 de septiembre, lunes de la XXV semana del tiempo ordinario.
Vivimos en un mundo donde las desigualdades se agrandan: quienes poseen recursos parecen multiplicarlos sin esfuerzo, mientras que quienes apenas tienen se ven despojados hasta de lo básico. Esta lógica injusta se repite en la economía, en la educación y en tantas realidades cotidianas.
El Evangelio nos recuerda que “al que tiene se le dará, y al que no tiene se le quitará hasta lo que cree tener”. No es un cálculo frío, sino la constatación de que lo acogido con apertura da fruto, mientras que lo descuidado termina marchitándose. La luz y la escucha multiplican vida cuando se comparten.
Intentemos cuidar lo que se nos confía, sin darlo por supuesto. Sepamos alimentar los pequeños brotes de bien y cultivarlos con paciencia. Nuestro mundo necesita que colaboremos para que lo poco se vuelva abundancia y lo frágil se convierta en semilla de futuro. Feliz lunes.
