22 de noviembre, sábado de la semana 33 del Tiempo Ordinario.
Vivimos en un mundo donde los mayores beneficios económicos proceden de armas y drogas y donde demasiadas decisiones se toman desde la lógica del descarte. La economía de la muerte avanza mientras muchas vidas quedan relegadas al olvido.
El Evangelio recuerda que algunos se enredan en discusiones que apartan la atención de lo esencial. Jesús afirma que Dios es Dios de vivos y señala una vida que no se negocia ni se reduce a intereses. Su palabra denuncia todo sistema que ignora a quienes todavía esperan ser reconocidos.
Un día más nos toca elegir una mirada que sostenga la vida allí donde parece amenazada. Se trata de poner en el centro a quienes más necesitan ser vistos y acompañados. Intentemos construir espacios donde la vida sea vida verdadera. Feliz sábado.
