La gente, que era mucha, disfrutaba escuchándolo

Lecturas 5 de junio, Viernes IX semana del tiempo ordinario.

¿Cuándo ha sido la última vez que hemos disfrutado escuchando a alguien? A veces nos cuesta mucho eso de escuchar. Ya dicen que tenemos dos orejas y una boca, y que por lo menos deberíamos escuchar el doble de lo que hablamos. Además en esta cultura acelerada y llevados por la prisa, parece que nadie tiene nada que decirnos.

Hoy el evangelio nos presenta a Jesús hablando a la gente, y a la gente disfrutando con Jesús. Esto ciertamente sirve de aviso para curas y demás predicadores, por el peligro que tenemos de aburrir, molestar, incomodar o incluso ser irrelevantes. Lo de Dios es algo que da vida, que contagia alegría y que nos debería hacer disfrutar.

Escuchar a la gente es un ejercicio activo que nos vincula a la gente. Escuchar me acerca a la otra persona, escuchar me hace empatizar, me hace crecer en sabiduría, hace que los conflictos se aminoren, hacen en definitiva que el prójimo se aproxime. Y eso no es aburrido ni tampoco una pérdida de tiempo, sino que es algo que nos hace más humanos.

Esta entrada fue publicada en Publicaciones del blog. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.