Lecturas 9 de junio, Martes X semana del tiempo ordinario. (San José de Anchieta)
¿Cómo somos luz para los demás? ¿En qué medida iluminamos, inspiramos, alumbramos a los que tenemos alrededor? ¿Quién nos da luz a nosotros? Para caminar por la vida necesitamos luz, luz propia y de los otros que caminan junto a nosotros. Se trata de esa luz que alumbra el camino, que nos da energía y sabiduría para acertar en las decisiones que se nos presentan en la vida.
De la luz surge el diálogo con la oscuridad. En la vida personal y común siempre tenemos momentos oscuros, y ahora esta pandemia nos lo ha recordado con especial claridad. Como iluminamos nuestras casas, también tenemos que aprender a iluminar nuestras vidas. Tenemos que cuidar nuestras luminarias y las fuentes de luz para nuestra vida.
Hoy el evangelio nos invita a ser sal y luz del mundo. Sólo desde el cuidado de lo personal es como podremos ayudar a los demás. Y ese ser y sal luz del mundo, se convierten también en el sentido de nuestra vida. Ojo, en ser sal y luz para otros, no para nosotros mismos.