Lecturas 24 de agosto. Lunes XXI tiempo ordinario. Bartolomé Apóstol
En muchas vidas se suele percibir una gran resignación que se describe con «es lo que hay». Esa resignación por un lado es buena, porque habla de nuestra capacidad de acostumbrarnos a todo, pero eso a su vez tampoco es una excelente noticia porque también nos acostumbramos a lo malo y parece que no puede cambiarse.
Hoy el Evangelio nos presenta un relato de vocación. Un cambio en la vida en la el apóstol espera ver cosas mayores para su vida. Se une al grupo de Jesús porque entiende que es un cambio que necesita su vida para algo mejor, para algo mayor.
A veces nosotros nos quedamos en nuestras miradas que son cortas, y somos incapaces de abrir el foco. Vivir el Evangelio es uno de los mejores caminos para abrir nuestro corazón a algo que será nuevo en nuestro vida y que nos hará ver la realidad de una manera distinta, y sobre todo vivirla de una manera distinta. Felipe ya siguió a Jesús, y ¿nosotros?