Lecturas 9 de septiembre. Martes XXIII tiempo ordinario – Virgen de Aránzazu y San Pedro Claver
¿A quién considera dichoso nuestro mundo? Sólo tenemos que mirar las distintas cuentas de instagram para que nos den pistas; vacaciones, playa, comidas, fiesta, lugares exóticos, pareja, cuerpo, deporte,….
Jesús nos propone que miremos a otro lugar para encontrar los dichosos, a las personas que tienen hambre, lloran, son odiadas, excluidas, proscritas por causa del Reino. Ciertamente es un contraste notable.
Necesitamos proponer nuevos modos de felicidad para el ser humano para que seamos todos realmente dichosos. No puede ser que la dicha de unos sea a costa de la dicha de otros, no puede ser que nuestra comodidad lapide los recursos naturales, no puede ser que para ser dichosos para algunos dejemos de ser nosotros mismos. Pero eso es lo que hace Jesús, proponer y vivir otro estilo de vida para que todos seamos dichosos, tal vez sea una pista para el mundo de hoy.
La sencillez de Jesús al hablar de la felicidad contrasta con la simplicidad de las tazas de desayuno. Sabiduría sencilla que nos compromete frente a fórmulas simplonas que nos evaden