Lecturas 2 de diciembre. Miércoles I de Adviento
Solemos saber, más o menos, qué dinero tenemos en el banco, lo que llevamos en el bolsillo, la ropa que tenemos, el arsenal tecnológico que manejamos,… Pero, ¿cuántos panes tenemos para ponerlos a disposición de Jesús en la mesa compartida?
En este episodio de la multiplicación de panes vemos a un Jesús que siente lástima por la muchedumbre que sufre. En un sistema normal, cada uno se iría a buscarse la vida como pudiera, pero en la propuesta de Jesús encontramos el pan partido, compartido y repartido a partir de los panes que llevaban los discípulos.
En nuestra mirada habitual al mundo nos falta un primer elemento que es el de la mirada que siente compasión. Jesús se hace uno con los sufrimientos de la gente y trata de ponerles remedio a su manera, pero no lo hace solo, sino que necesita la colaboración de los discípulos para que la mesa sea real y efectivamente compartida. ¿Cuántos panes tenemos para ponerlos en la mesa compartida del mundo?