Lecturas 17 de diciembre. Jueves III Semana de Adviento
A veces nos cuesta llamar a las cosas por su nombre y especialmente si se habla politiqués, donde encontramos ejemplos prodigiosos de eufemismos. También ocurre en la sociedad, animada por lo políticamente correcto nos convertimos en maestros de la palabra disfrazada.
En el Evangelio de hoy se nos presenta a Jesús en su genealogía, digamos que recreada. Los nombres que aparecen algunos son importantes y otros no tanto, pero todos son un eslavón en la cadena que desemboca en Cristo, que signfica el Mesías, el Ungido.
En el mundo de los hechos y de las palabras alternativas a los cristianos nos cuesta cada vez más emplear el nombre de Cristo en nuestra vida social. Tenemos cada vez menos espacios para utilizarlo, y en el caso de utilizarlo lo podemos hacer de modo perifrástico por miedo, por respeto,… No sé cómo, pero creo que por delante como Iglesia tenemos el reto de encontrar esos espacios en los que podamos la realidad por su nombre, y así poder decir Jesús el Cristo con total naturalidad.