Lecturas 24 de enero Domingo III Semana Tiempo Ordinario
En la negrura pandémica que nos toca vivir estamos necesitados de buenas noticias. Vivimos como un largo invierno en el que nos toca resistir, pero queremos ver esos brotes verdes que nos trae la primavera con su luz y con su vida.
A Jesús le ha llegado el tiempo de empezar a anunciar la Buena Noticia de Dios. La noticia no es Él, sino Dios mismo. Su vida, su predicación y sus signos apuntan a ese Dios del amor que se nos del todo y que se compromete del todo con nuestras vidas. Pero Jesús no lo hace sólo, lo hace en grupo, con amigos y compañeros con quienes compartirá la pasión de la Buena Noticia.
En tiempos de postureo y fake news, no es cuestión de inventarse buenas noticias, sino de descubrirlas . Hay mucho de buena noticia en nuestras vidas, en nuestra humanidad que pasan ante nuestros ojos sin que nos percatemos de las mismas. Y es más, incluso cada uno de nosotros podemos ser buena noticia. Ánimo.