Lecturas 7 de agosto. Sábado XVIII semana tiempo ordinario
En la vida solemos estar bailando con los demonios, ya sean propios o de otros. Son esos demonios que hacen que nuestra vida sea peor, tenga más sufrimiento y nuestras relaciones sean más difíciles. El problema es que parece que siendo políticamente correctos, queremos convivir pacíficamente con los demonios en lugar de increparlos y echarlos .
Jesús se exaspera con sus discípulos. Todavía no le entienden y todavía no tienen las herramientas del Reino. Pero Jesús no cede a los demonios, los increpa y los va echando de las personas para darles la libertad necesaria.
Hay gente que va a los campos de fútbol a increpar e insultar, y de este modo se sienten mejor. Podríamos hacer algo parecido con los demonios, al menos increparlos insultarlos para que tomemos distancia sobre ellos. Es un ejercicio terapéutico y mejor que el del fútbol, y así exorcizar los demonios de la injusticia, la insolidaridad, el egoísmo, el miedo,…. Feliz sábado.