Lecturas 3 de octubre. Domingo XXVII semana tiempo ordinario
Algunos autores dicen que tenemos una vida fragmentada. Nos vivimos como con remiendos y partes que se van uniendo o no y hacemos lo que podemos. Además de esa fragmentación nos vivimos escindidos, alejados de nuestro propio cuerpo, cada vez más alejados de los demás y socialmente cada vez más polarizados por lo que se nos hace difícil sentirnos unidos.
A Jesús le preguntan por un mecanismo legal de divorcio. Jesús va al fondo de la cuestión que es que la unión de la pareja apunta a la experiencia del amor para siempre. Jesús huye de la casuística y nos anima a mirar el fondo de su propuesta, que no es otra que el amor de Dios.
Hoy como domingo, puede ser una ocasión para agradecer y celebrar aquello que nos mantienen unidos y nos aproxima a la experiencia de comunión. Es esa comunión lo que se celebra el domingo y podemos dar gracias por ello. Feliz domingo.