12 de diciembre, Lunes III Adviento
En la historia que compartimos siempre ha habido una tentación de atribuir al cielo las cosas de la tierra. Que si uno es rey, que si el otro manda, que si invado una tierra,…son cosas que se han hecho en nombre del cielo y hoy sospechamos sabiamente que parece más cosa de hombres que de dioses.
El Evangelio plantea esa tensión, donde la autoridad moral de Juan siendo en relación al cielo, es de la misma tierra. Es la tensión propia del cristiano y que se ve perfectamente en nuestra tradición, donde siempre se ha mantenido la unidad entre la divinidad y humanidad de Jesús, a pesar de los muchos intentos de separar esa unidad.
Hoy seguimos viviendo esa tensión, pero la tensión nos empuja a profundizarla. Nos invita a ser cada vez más de Dios siendo cada vez más humanos. Feliz lunes.