28 de junio, Miércoles XII del tiempo ordinario
Vivimos en un mundo en que lo fake, la apariencia, la mentira, la postverdad toman carta de ciudadanía en nuestra ciudad. El asunto es considerar los frutos que producen estas estrategias del engaño y me temo que los frutos no son especialmente convenientes.
En el Evangelio se nos dice que se nos conocerá por nuestras frutos. Es una doble invitación, por un lado la invitación a concretar en realidades y en frutos nuestras opciones de vida. Y por otro lado es la invitación a ser coherentes, a salir de nuestros propios autoengaños.
¿Cuáles son nuestros frutos?, ¿cuál es nuestra verdad? En la superficialidad que surge de la velocidad en la que vivimos nos cuesta reconcoer los frutos que surgen de nuestra y por tanto hay una invitación a profundizar en reconocerlos y agradecrlos como parte de nuestra verdad. Feliz miércoles.