6 de diciembre, Miércoles I Adviento
A veces el camino de la vida se nos hace cuesta arriba y hay quien desfallece por el camino. Hay situaciones en las que uno se desanima, desiste, se resigna e incluso se detiene en el camino al sentirse perdido. A ello últimamente habría que añadir el creciente número de personas que padecen alguna enfermedad mental.
El camino de Jesús es un camino en el que no falta el alimento. Desde la imagen del pan que baja del cielo del Éxodo hasta la multiplicación de los panes y los peces, el relato bíblico se empeña en decirnos que Dios, si le dejamos, cuida de nosotros.
Es importante caer en la cuenta de lo que nos alimenta y sostiene en los caminos de nuestra vida. Hoy puede ser un día para reconocer y agradecer a aquellas personas que están a neustro lado de distinta manera, pero que cuidan de nosotros para seguir caminando juntos y no desfallecer.