9 de diciembre, Sábado I Adviento
Si miramos el mundo veremos que hay muchas cosas que hacer. Necesitamos gente que trabaje por la paz, por la justicia, por los enfermos, educación, ciencia, el cudiado de la casa común… Nuestra casa tiene muchas goteras y necesita de personas que trabajen en ella por los demás.
La causa de Jesús no es una causa personal, sino que se convierte en comunitaria en la medida en que todos estamos concernidos por ella. Jesús nos invita a trabajar con Él proque ha invitado a otros primero, y con esos otros vemos que el Evangelio se hace carne a través de todos.
La palabra vocación se ha gastado en un sentido. Pero Dios a través del mundo sigue llamando a todos a su causa. Para ello nos tenemos que espabiliar, abrir los ojos, los oídos y el corazón para que tengamos una cultura que sepa responder a las llamadas que recibimos. Feliz sábado.
Que verdad, la «causa» de Jesús, no es personal si no comunitaria, llamándonos a nuestra repuesta personal, vocación!