11 de mayo. Sábado VI de Pascua
En general, nos cuesta hablar claramente sobre las cosas importantes de la vida. Cuando nos toca hablar del amor y de nuestras opciones fundamentales, no encontramos las palabras adecuadas para compartirlo con claridad.
Jesús puede reconocer lo confuso de sus palabras, pero aplaza los discípulos a un momento en el que lo entenderán todos con muchísima más claridad. La experiencia del Evangelio comienza con algo de confusión, pero con el tiempo se convierte en algo mucho más claro y sencillo.
Nuestro cada día se puede convertir en algo confuso, ya sea por la prisa, o por la superficialidad de nuestra cultura, nos puede costar encontrar lo fundamental en nuestra vida. El reto que tenemos es aclarnos para saber qué tenemos más o menos claro y que sigue más o menos oscuro en lo fundamental que nos pasa por dentro. Feliz sábado.