10 de agosto. Sábado de la XVIII semana del tiempo ordinario. San Lorenzo, diácono y mártir
En este mundo que comaprtimos la sociedad nos inculca una serie de escenarios que nos invitan a desear. Normalmete son deseos que están envueltos en un papel llamado éxito, pero resulta que se quedan en uno mismo y no se desea nada para todos o para el bien común.
Jesús nos dice que el modo de seguirle es muriendo como el grano de trigo. Se trata de dejar a un lado esas ataduras, esos condicionantes, que nos impiden una vida en libertad y una vida que de fruto desde la experiencia del Reino.
Hoy podríamos preguntarnos por nuestros deseos, si sólo nos miran a nosotors mismos o son capaces de desear algo más grande. Es Jesús quien nos hace una propuesta de servir al Reino y la pregunta es en qué medida queremos y deseamos lo que Jesús quiere. Feliz sábado.