25 de marzo, Martes Anunciación del Señor
En medio de una sociedad saturada de notificaciones y urgencias varias, nos cuesta detenernos a escuchar. Vivimos inmersos en agendas repletas, en vidas que parecen programadas al segundo. Pero incluso en este ritmo acelerado, hay momentos en que algo nos descoloca y nos invita a mirar más hondo.
La Anunciación nos recuerda que Dios irrumpe sin ruido, pero con fuerza, en lo cotidiano. Como a María, también a nosotros se nos dirige una palabra: “No temas”. Acoger esa palabra implica confiar, abrir espacio al misterio, y responder con libertad y fe: “Hágase en mí”.
Tengamos los ojos abiertos a lo profundo que está escondido en la superficielidad. Se trata de mirar más a dentro y ahí descubrir lo que hay de amor, libertad y justicia. Que el ruido no nos distraiga y descubramos esos susurros de vida plena. Feliz martes.
